Un mapa es una proyección de datos, por lo general tomados de la superficie
terrestre, de un cuerpo celeste, o de un mundo imaginario, en una representación
sobre un plano; esta representación puede ser en formato papel o en formato
digital. Por lo general, los mapas se crean mediante la transformación de datos de
una superficie esférica o elipsoidal a un plano.
Una característica fundamental de esa superficie esférica o elipsoidal es que los
ángulos, las distancias o las superficies medidas en ella son proporcionales a las
medidas en la superficie terrestre real. La transformación de una superficie curva a
un plano se conoce como proyección cartográfica y puede asumir gran variedad
de formas; todas ellas implican de una manera u otra distorsión de áreas, ángulos,
y/o distancias. Los tipos de distorsión pueden controlarse con el fin de preservar
determinadas características específicas pero, con ello, las proyecciones de
mapas distorsionarán otras características de los objetos representados. El
principal problema de la cartografía es que no es posible proyectar ó transformar
una superficie esférica o elipsoidal sobre un plano sin distorsiones.
Las proyecciones se pueden clasificar en función de la geometría, forma,
propiedades especiales, parámetros de proyección y nomenclatura. La
clasificación geométrica se basa en los patrones de la cuadrícula (la red de
paralelos de latitud y meridianos de longitud). De acuerdo con esa clasificación,
las proyecciones cartográficas a las que generalmente se hace referencia son las
azimutales, las cilíndricas, y las cónicas.